27 de abril de 2010

[ Ciudad Real Antifascista ] Ante el 1º de Mayo.

Muchos años han pasado desde que aquellos sindicalistas anarquistas, nuestros mártires de Chicago, fueron asesinados aquel 1º de Mayo de 1886 exigiendo la jornada laboral de 8 horas, jornada que no se materializo en Europa sino como reacción cuando los obreros de toda Rusia demostraron que sí se podía tomar el cielo por el asalto y elevarse como clase dominante. Muchas han sido las gestas que el proletariado internacional desde entonces ha afrontado, y muchas han sido también las esperanzas aplastadas por la burguesía.

El 1º de Mayo como día internacional de los trabajadores durante la efervescencia revolucionaria de todo el Siglo XX ha supuesto una jornada ejemplar de movilización, de reivindicación y de solidaridad de clase.

Y ahora, ¿En qué situación estamos?

En este 1º de Mayo los trabajadores nos enfrentamos a una grave situación histórica de explotación derivada de la crisis internacional en la que se ve envuelto el sistema capitalista. Anuncios de “ajustes” al mercado, más de cuatro millones de parados, salarios bajísimos, terrorismo patronal, mayor inestabilidad que nunca, desahucios y embargos de viviendas y la negra sombra de una nueva reforma laboral que ya planea sobre nuestras cabezas para mermar más aun nuestros derechos y aumentar la tasa de explotación. En la crisis capitalista los ricos más ricos y los pobres cada vez más pobres.

La situación de la juventud dista mucho de ser más esperanzadora, también formamos parte de la clase trabajadora y de los explotados, y esto se demuestra en las mayores dificultades existentes que tenemos para tener acceso al trabajo, en tener que aguantar que la precariedad y las ETTS se ceben con nosotros, por no hablar de las prácticas gratuitas para las empresas. Por otra parte los procesos privatizadores de la educación como el Plan Bolonia tienen una finalidad, la de purgar a los jóvenes con menos recursos de la educación superior y crear una elite estudiantil formada por los hijos de los ricos, los estudiantes de hoy seremos los trabajadores precarios de mañana.

¿Y los sindicatos mayoritarios? ¿Y la izquierda?

Décadas de lucha llevadas al puro formalismo, podemos decir sin miedo a exagerar que el 1º de Mayo ha perdido su identidad, una jornada de lucha reducida a manifestaciones y procesiones de liberados sindicales para alabar el pacto social entre la aristocracia obrera y la burguesía.

El papel claudicante de los sindicatos oficiales y la izquierda reformista no es nada nuevo desde que traicionaron al movimiento popular en los Pactos de la Moncloa, pero en estos momentos se destapa aun más su papel desmovilizador, sobre todo de CCOO y UGT. Los trabajadores están siendo duramente golpeados y la patronal se atreve a anunciar sin tapujos todo tipo de recortes sociales, ampliación de la jornada laboral, retraso de la edad de jubilación, trabajo sin seguridad social y sin derecho a paro para los jóvenes, etc y estos salen al paso con tímidas declaraciones para salvar su imagen. La solución y ayuda que muestran los sindicatos a la clase trabajadora es reconducir todo hacia el pacto social que concesión tras concesión dan una vuelta de tuerca más a nuestros derechos. A CCOO y UGT a día de hoy les preocupa más defender al juez Garzón, cuando este reaccionario es responsable directo de la pérdida de derechos políticos y responsable de la criminalización de los sectores de la izquierda más combativa y consecuente.

La juventud y la lucha de clases, ¿Qué hacer?

Pues bien, nosotros decimos que no hay que pactar, que hay que luchar. No tenemos ninguna receta mágica ni definitiva a la actual situación de abatimiento que sufre el movimiento obrero en el Estado español y en particular en Ciudad Real, pero si sabemos que los primeros pasos ante la dolencia que sufrimos de falta de una dirección combativa son la reactivación de la conciencia de clase. Esto pasa en un primer momento por combatir a al reformismo, a la burocracia sindical, por la unidad de los trabajadores y revolucionarios, haciéndose necesario también la unidad sindical bajo unos parámetros combativos, de clase y democráticos.

Pero no debemos quedarnos ahí, el movimiento revolucionario se debate entre el dilema ganar las direcciones de los grandes sindicatos del capital o poner en marcha nuevos sindicatos pequeños aislados, hasta ahora ni una ni otra fórmula ha dado resultados. De alguna forma hay que resolver estas disputas en el movimiento. El sindicato es un medio para ganar mejoras salariales y laborales, pero no es un fin en si mismo como parecen defender algunos sectores del movimiento. Por otra parte no hay sindicato que no sea correa de transmisión de un partido político como demuestran CCOO y UGT apoyando el zapaterismo. De momento se hace imprescindible superar las formas sindicalistas y economicistas, la historia ha demostrado la limitación de estas, no debemos conformarnos con la simple reivindicación de las migajas del capital y elevar nuestro compromiso de clase. La mera reivindicación salarial eterniza las relaciones entre explotados y explotadores. La salida al actual estado de las cosas pasa por encontrar la unidad del proletariado en su forma superior de organización.

Demos ejemplo los jóvenes que somos los que sufrimos las más altas tasas de paro y precariedad, como jóvenes trabajadores con conciencia de clase analicemos la realidad, señalemos y denunciemos al sistema capitalista y la injusticia social en todo momento, pongámonos a la vanguardia y ofensiva del movimiento revolucionario. Aprendamos a responder a las agresiones patronales, teniendo siempre claro que la clase obrera es una, que los obreros no tenemos patria, sin dejarnos dividir por naciones y razas.

El contexto actual es adverso para el movimiento revolucionario y la clase trabajadora, pero no cabe la resignación, hagamos de la solidaridad de clase una respuesta a la explotación capitalista. Quieren hacernos retroceder en el tiempo, no dejemos perder todas las conquistas históricas que el proletariado internacional ha conquistado a sangre y fuego. Si algo tenemos claro en Ciudad Real Antifascista es que somos antifascistas porque somos anticapitalistas y por ello hacemos este llamamiento a la organización y a la lucha para conquistar nuestro futuro.

¡Viva el Primero de Mayo!


¡Viva la Clase obrera!

15 de abril de 2010

1 de Mayo Antifascista

1 de Mayo Antifascista


Charla; Reflexión del movimiento obrero, caso Sintel.

Para asistir; ciudadrealantifascista@gmail.com
 
Organiza; Ciudad Real Antifascista

Crónica; Manifestación 14 Abril Por la república y el socialismo

Alrededor de 30 personas se concentraron el miércoles 14 de Abril con el lema por la República y el Socialismo en la Plaza San Francisco de Ciudad Real. Con banderas diversas lanzaron lemas por la III República y en contra de la crisis capitalista. Fue notoria la presencia policial, que procedió a identificar e increpar a los manifestantes que con una actitud chulesca y reaccionaria . No nos amedrantan, el movimiento combativo, socialista y republicano sigue adelante.

Ciudad Real por la República y el Socialismo.

www.ciudadrealrebelde.blogspot.com

5 de abril de 2010

Concentración en Ciudad Real, Por la República y el Socialismo


¿Qué pueden pensar los cerca de cinco millones de parados y los más de un millón de familias sin ningún ingreso de una monarquía sostenida generosamente por la hacienda pública y que ha amasado, sin que se sepa cómo, una de las fortunas más grandes de Europa? Lo que se siente en la calle es que la monarquía borbónica, integrante y heredera de la dictadura fascista, está más deslegitimada cada día.
Aún así, en aras de hacer tragar a la clase obrera, sin que se revuelva, las ruedas de molino que el capital ha preparado, el rey se dispone a ejercer el papel de maestro de ceremonias en la misa concelebrada entre patronal y cúpulas sindicales en aras de la salvación, económica, esta vez, de la patria.

No pueden echar mano ahora de la cobertura ideológica usada en otras épocas de crisis para descargar sobre las espaldas de trabajadores y trabajadores las durísimas medidas de ajuste que pretendían imponer. Ya no vale hablar de la corrupción de la dictadura como en 1977 o de la entrada en la CEE como en la “reconversión” industrial de 1984. Por ello es más necesario que nunca hacer presidir al fantoche real la comitiva de fuerzas políticas del marco institucional, “agentes sociales” y empresariales, para recuperar la esencia de los Pactos de la Moncloa, referente histórico de la llamada Transición: la paz social. Paz social y consenso fueron indispensables para perpetuar a las fuerzas más reaccionarias en los aparatos del Estado y para facilitar tres décadas de acumulación de beneficios por la burguesía, a partir de la intensificación de la explotación de los trabajadores y las trabajadoras.

De esos polvos vinieron estos lodos, dice el sabio refranero popular. La crisis capitalista no sólo afecta a los casi cinco millones de parados que contabilizan los organismos estatales. La realidad también se vuelve mucho más cruda para los trabajadores y trabajadoras activos, mediante el empleo masivo por la patronal de las herramientas que han puesto en sus manos las sucesivas reformas laborales: salarios miserables, precariedad en el empleo, contratos-basura, contratos por horas, pérdida de derechos por jubilación, enfermedad etc, que han debilitado y desvertebrado a la clase obrera con la “colaboración” inestimable y la claudicación de las cúpulas de los llamados “sindicatos mayoritarios”.

La violencia del sistema se muestra más criminal contra los sectores más desprotegidos de la población: jóvenes, trabajadoras e inmigrantes, que se ven constantemente acosados en todos los ámbitos. A la degradación general de las relaciones laborales se suma un proyecto educativo como el Plan Bolonia destinado a perpetuar a la juventud en unos modelos estrictamente mercantilistas del conocimiento, la creciente discriminación de la mujer con unos salarios que en algunos sectores suponen el 60% del que cobra un hombre por realizar las mismas funciones, y con una Ley de Extranjería que criminaliza a los inmigrantes y los persigue hasta lograr su expulsión, atentando incluso contra las normas internacionales humanitarias que dicen defender en sus foros. La privatización de la sanidad, con el objetivo de convertir la salud en un lucrativo negocio, al que pretenden añadir ahora el copago, atenta contra derechos esenciales duramente conquistados.

El gobierno de Rodríguez Zapatero junto con las demás fuerzas del parlamento burgués (PP, UPyD, CIU, PNV...) han puesto a disposición de la banca 180.000 millones de euros, han añadido otra partida de 75.000 millones de euros para concentrar más el capital a través de la fusión de las cajas de ahorros, han incentivado a las multinacionales de la automoción, han negado fondos para perseguir el fraude fiscal que inspectores de hacienda han valorado en 50.000 millones de euros al año, han mantenido a las grandes fortunas en las SICAV tributando al 1 % mientras los asalariados lo hacemos al 24%, han rebajado los impuestos a las inmobiliarias, etc. Ese mismo gobierno es el que apuesta por la reforma laboral para facilitar la contratación en términos cada vez más esclavistas, el que ha propuesto el llamado “pensionazo” de elevar la edad de jubilación de los trabajadores de 65 a 67 años, y aumentar de 15 a 25 años la cuota del cálculo de la pensión, el que ha acordado disminuir el gasto social en 50.000 millones de euros en cuatro años, el que ha permitido que los bancos “roben” hasta 80.000 viviendas de familias trabajadoras el año 2009 por desahucios, el que tolera a las eléctricas el corte de los suministros eléctricos de las viviendas más pobres, se ha eliminado el impuesto d Patrimonio, el impuesto de sucesiones, etc. En resumidas cuentas, el hacer cargar sobre las espaldas de los trabajadores y las trabajadoras la supuesta salida a la crisis capitalista.

El intento de recuperación de la crisis mediante la explotación y la violencia se muestra en el terreno internacional con la participación, a través de la UE y la OTAN, en las guerras de devastación que está desarrollando el imperialismo. La decisión del gobierno Zapatero de sacar a las tropas de Iraq fue pronto superada con la política de alineamiento total con los intereses criminales del imperialismo y contra los pueblos que deciden defender su soberanía y sus recursos naturales. El reciente reforzamiento del contingente español en Afganistán con otros 500 militares o la anunciada venta del aeropuerto de Ciudad Real a una empresa militar privada de EE.UU con actividades en Iraq y Afganistán, son señas de identidad de un gobierno que subordina cualquier atisbo de soberanía al imperialismo euro-estadounidense.

La pertenencia a la UE, espacio donde se siguen generando las legislaciones básicas contra los sectores populares concentradas en el Tratado de Lisboa, determina y refuerza actuaciones políticas de reducción del gasto y de mercantilización de todo lo público, de liquidación de derechos laborales y de fascistización, xenofobia y racismo. Ese, y no el que venden los medios de comunicación, es el marco definitorio del actual semestre de presidencia española de la UE.
En el marco estatal, la Audiencia Nacional continúa la labor del Tribunal de Orden Público franquista persiguiendo con la Ley fascista de Partidos entre otras, a la izquierda más consecuente por su actividad política, al más puro estilo de la Inquisición. Anarquistas, comunistas, antifascistas e independentistas son tratados como herejes y engrosan la cifra de casi un millar de presos políticos en las cárceles españolas.

La negación del derecho de autodeterminación de los pueblos, la guerra sucia, la represión, la persecución de los militantes y dirigentes y la tortura se muestran como las garantes del mantenimiento de la “unidad nacional” en torno a la figura de Juan Carlos I, llegando al esperpento encarcelando a activistas y a representantes que centran su propuesta en una solución política en un escenario sin violencia, mientras la lucha popular avanza en contenidos unitarios sin precedentes.
El modelo de la Transición está agotado y con él la figura del rey a la cabeza. La constitución de 1978 que ampara el sistema económico y la estructura monárquica del estado son una rémora para el desarrollo de un proyecto auténticamente democrático, liderado por las mayorías populares y que se posicione en la defensa de la soberanía popular y la solidaridad entre los pueblos, y ese es el marco de la III República que cada vez está más próxima."

¡¡Contra la crisis capitalista y la Monarquía borbónica!!.

¡¡Contra la constitución antidemocrática de 1.978!!.

¡¡Por la soberanía popular y la autodeterminación de los pueblos!!.

¡¡Viva la III República!!

Concentración 14 de Abril, en Plaza San Francisco. Ciudad Real